Un anoche sofocante

Fue en el jágüela de tu boca
donde bebí el néctar encantado,
y desde entonces vivo enamorada
del sabor dulce de tus labios.
Fue en una noche si sueño,
donde la luna callada
iluminaba las calles
de esa noche casi mágica.
En el banco de la plaza
te vi leyendo tranquilo,
el calor me sofocaba
podía sentir mis latidos
Me acerqué distraídamente
y te pregunte la hora.
Vos sonriendo dijiste,
no lo se, y acaso importa?
Después de una larga charla
caminamos lentamente,
por las calles que desiertas
nos miraba indiferente.
llegamos hasta mi casa,
me besaste tiernamente,
yo te pregunte tu nombre
me dijiste, en paz duerme.
Te alejaste despacito
por las calles desoladas,
te vi perderte en las sombra
como un fantasma en la nada,
volví a la plaza mil veces
y nunca pude encontrarte,
tal vez fue un sueño sin nombre
de la noche, sofocante.