RENACER

No me alimentaré más con mendrugos de recuerdos.
Es plagiar con dolo las sombras,
la mutación, la telaraña.
Débil está mi vela ahora, sin impulso, sin magia.
Agotada por bogar el desamparo.
Harta de enfrentar vanas borrascas.
Herida por ancestrales marejadas.
Ayer... no tenía la sangre acibarada,
aves libertas mis ansias eran
y los ojos, oasis de auroras.
A mi piel, un mar de naranjos la aromaba.
Nadie me reveló que el fuego no se detiene
hasta tener su sed agotada
y que la memoria con su noria
extrae elocuentes cenizas del alma.
El día ha parido un estallido de azahares
sobre las arterias de mi patio,
trae su talega, habitada de esperanzas.
El astro, contra los enigmas del muro
se despereza.
Yo, con un libro dormido sobre el regazo
enhebro pájaros a su pentagrama.
Qué haré con toda esta luz en mis pupilas.
Con su Dédalo cromático trepado en mis ventanas.
Descarnaré mis venas.
Insuflaré al rojo corcel, aliento de cóndor.
Y no permitiré que una letanía de retratos
líen a los muros del pasado mi mañana.