Conjeturas

El verbo amar se hace presente
en esta noche de ausencias y memorias,
la cama inerte desgarra de la luna
los aromas que plagiarios, devoran
mi carne desteñida entre esa seda.

Un piano dibuja en la penumbra
palabras dormidas que al vaivén palpitan,
voces perpetuas diminutas que me invitan
el tacto inevitable de un suspiro
que ermitaño se desvela, y se hace noche.

El grillo solitario que me arrulla
desde el silencio la nocturna soledad del alma,
esa absurda misericordia del reflejo perdido
entre los años que caídos, regresan infinitos,
y se agolpan en mis sienes con sabor a luz de luna.

Amargos los sabores que se agolpan brutales
en mi lengua, el destierro sabe a hiedra
a musgo, a cicuta que sin matar me daña el alma,
ahora entiendo cuando la boca dice que amar duele
mas es dulce el sabor de la tortura que provoca lo que se ama.

Mas no es dolor de amor que hoy duele el alma
hoy duele la nostalgia de las horas que vencidas
me cobran la factura de una vida, de un camino
forjado en las ausencias...
mis ausencias.

Los balances se han saldado entre mis cuentas
y los saldos al final han sido placenteros,
la felicidad que habita mis sonrisas
del otoño que es olvido
me han salvado.