SALUDANDO AMIGOS

El sol se ponía y con sus últimas fuerzas
golpeaba mi espalda erguida en la orilla.
Yo miraba las arenas cobrizas bajo aguas del río
y mi sombra que se ahogaba en ellas.
Ahora era quietud extrema y contemplativa
donde no hace mucho tiempo nadaba y chapoteaba
en juegos felices llenos de espuma clara
y alboroto de niños.

Pero me alcanza esa sombra sobre el cobre de arenas,
sumergida en lo profundo, para colmar mi vida.
Giro sobre mí y me despido de esos rayos amigos
que se despedían palmeando mi espalda como abrazo,
esos abrazos solidarios que transmiten afecto y paz.
Las penumbras de la noche, también amigas, llegan
y me preparo a recibirlas con ese encantamiento
de saber cercano el reposo lleno del silencio
y sin añoranzas.

De mi libro “De trazos del borrador”. 2017 ISBN 978-987-4004-51-2