Libélula de la noche
Libélula de la noche
Pobre de ti,
hombre sin escrúpulos del corazón enfermo,
que por cuatro monedas
obligas por la vía de la oscuridad
a la libélula de la noche.
Tu maldita bestialidad constriñe
sobre caminos de la sensualidad
niñas perdidas en el mar
del sufrimiento.
Ay de ti, caballero del mal,
que les robas
el futuro y la dignidad.
Pobre de ti, demonio empedernido
que envenenas tu destino.
Ay de tii, bestia inmunda que
condenas a la tortura los cuerpos
indefensos de niñas confundidas.
Pobre de ti,
que donas el cuerpo de las libélulas de la noche
a depravados que han perdido su
alma en el placer de la carne.
Las esclavas del mal
se pierden en el camino de la noche
y caen en el laberinto de la
lujuria.
Tu sembradío en la calle
de la injusticia
condenará tu centella de vida
al sufrimiento.
Tú que osas tanto,
Tú que pisas
la libertad y los derechos
de los demás para cumplir
tus deseos egoístas,
te condenas a la misma maldición.
Tú que osas violencia
y constreñir
a tu voluntad almas perdidas
en el olvido, pagarás
con intereses tus deudas.
Pobre de ti,
explorador sin
respeto por la creatura terrena.
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