EN EL DESIERTO (PREGUNTANDO AL ALMA)

Hoy al despertar fui a mi ventana
y vi desde el cristal que amanecía
salí, la brisa estaba fría.
la casa solitaria, en silencio
los blancos muros que encierran
mis anhelos.
!Aquí, donde el sol quema la piel
todos los días
y la vasta inmensidad reseca el alma!
No hay lluvia que moje los caminos.
Pero, abunda la paz, que da la calma.

Cuando a lo lejos, un ave, cruza el cielo
todo el universo es para ella
en este gran desierto gris, salado.
Desnudez que sobrecoge los espíritus
y nos parece un grito el pensamiento.
Nos llegan recuerdos, tan lejanos
de tiempos ya perdidos,
“calles que devoraron las mañanas
pastizal y sombraje que ocultó mis ensueños.

II
El desierto no sabe de las cuatro estaciones.
es del lobo nocturno, aullando furtivo
y el viento es trompo, entre la camanchaca.
Arde el sol, busco una flor entre las piedras
y las piedras son las flores del desierto.

Insectos, nubes de murciélagos.
aullidos de lobos a lo lejos
te acompañan en patético concierto.

Cuando una noche se perdió la luna
busqué en mi alma un túnel, las honduras
tras descifrar los recónditos misterios,
que trasladan de la paz a la locura.

En la bóveda oscura del silencio
efluvio de alelíes y madreselvas
me dieron el por qué de un sentimiento
su acariciante emanación de amor.

Como lumbre que emerge de su lámpara
y en laberintos de sombra y desvarío
se nos pierde hasta un cariño santo.
nos lo devuelve la confianza en Dios

Descubrí que la envidia es ”vesanía”.
propia de seres carenciados de la suerte
con que se trenzan los lazos afectivos.
Quien no da afectos nunca verá dicha.

“El odio, es revés de nobleza humana.
Va siempre lleno de pasión perversa,
Destruye más que el fuego y envenena.
La peor bajeza suele ser su hermana.

El amor es la mayor nobleza
Que Dios le entrega al corazón humano
Si no sabes dónde está y no lo sientes,
Busca a tu madre, lo hallarás en ella…

III
En mi estancia, perpleja y confundida,
No quiero ya seguir oyendo a mi alma,
Porque yo, igual que todos los mortales;
Amé, odié, tuve envidia y desprecié en mi vida.

Se ha apagado mi lámpara.
En las sombras
Mis dudas develadas,
No todas,
Falta el amor, pero, mi madre,
¡mi madre ha muerto!