UN GRITO EN LA OSCURIDAD

UN GRITO EN LA OSCURIDAD

Transito los carriles de la media noche
en busca de un alma que no puedo conquistar,
me rasga el sentimiento sin poder evitarlo,
me retuerce el espíritu y me lo devuelve a la tumba.
Hace trizas mi corazón cegado
y lo tira a que lo devoren los vientos de terciopelo oscuro,
me siento cobarde, me siento temeroso
de que llegue el fin y no pueda conquistar
esa alma que me atormenta el corazón.

La media noche es mi paraíso porque acecho
su espíritu callado mientras duerme,
en los sueños la llevo a la gloria y le complazco
sus necesidades, ella bien lo sabe porque vivo
dentro de ellos.
Se me escapan los besos de mi boca y se escurren por sus labios,
pero ella sigue durmiendo, mientras yo, el fantasma
de la oscuridad vigila su belleza incomparable.
Tal vez piense que soy malo,
pero soy el que la protejo de los que tienen alas de murciélagos
mientras las agitan en su pecho.

Camino por el laberinto endemoniado al caer la madrugada
porque no puede verme en el resplandor atómico del día,
me siento escoria, el más despreciable sin su cariño.
Me arrodillo a la mitad de mi desierto en soledad
y le grito a Dios desgarrándome la voluntad de olvidarla
¡Ayúdame te necesito padre!
¡Quiero arrancar a esa mujer de mi mente, por los mil demonios!

No hay días para mí, las personas crueles del mundo
no me dejaron tan siquiera uno, dijeron que yo no necesitaba
ser feliz, que no necesita amor porque lo tenía en cantidades,
pero por su ambición y desprecio me siento
el rey de la media noche, el único que se da cuenta
cuando llega el sueño a la ciudad y ordena a sus hijos
que se apoderen de todos los sobrevivientes.
Y tiene unas criaturas devoradoras que te aniquilan
y no despiertas jamás.
Quisiera que devoraran mi espíritu, pero no se acercan a mí,
piensan que soy un demonio infernal.

Devuélveme la vida, ya no te adueñes de ella
porque esta noche quiero soñar, y mañana quiero amarte
devuélveme el corazón y regresa mi alma,
porque soy un ángel sin retorno.