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Camina de este lado de la cuerda
Es imprescindible cerrar los ojos al hacerlo
Cerrar los barrotes de la huida
Cerrar las pistas que limitan con un nombre
Cerrarse con todos y a la vez con sus aromas

Date a la vista
Existen instantes precisos para la gloria
Para el juego colectivo de un aplauso
Para el viento itinerante de un sonido de mis días

Sobre todo
Date paso a una alegoría con cinismo
Con sequedad entre la garganta y la serpiente
Entre el elixir y la sed

Hay que estar vivo para experimentar el fracaso
Para someter los puños contra el vientre
Sin mirar el ocaso vencido que se postra ante los pies

Hay instantes en que es mejor llorar con los ojos cerrados
Con los tiempos marcados en los dientes
Las arrugas infladas de un ayer no sustentado
No partícipe a las huellas de un ahora
No mezclado con el peso de este día

Hay instantes en que es mejor bajar la cabeza
Clavar los espejismos al suelo
Y marchar sin nada hacia otro espacio
Hacia otra imagen de ti que no sea la presente
Otra que sea más brillante
Más letal
Más desalentadora

Qué me dices de este instante que no es mas que un sin salida
Qué me dices de este sitio
Qué no es más que un vacío sin manos

Ayer me fui a caminar
Caminé sin escuchar a los grillos
Y al regresar
Ni el chillido de los lagartos
Me recibió con el vino que esperaba detrás de la puerta.