ESTA FORMA DE AMAR

Cuando empezó el amor entre nosotros
con esa dimensión desconocida
en la plétora de nuevos alborotos
me fui impregnando de lo tuyo, de tu vida.

Fui tocando las flores de tu orilla
fui robando su aroma y sus corolas.
Me envolvieron sutiles arcoiris
y me hablaron de ti todas las cosas.

Pero, cuando mas tarde, desperté allí sola,
fui a buscarte, sin rumbo, enajenada;
en la tierra, en el mar entre las olas,
con los gritos del alma te llamaba.

Aún te buscan mis pálidas sonrisas
y aunque mi voz se calla y no te nombra,
con los susurros más suaves de la brisa
te acaricia mi amor hasta en la sombra.

He buscado el sepulcro del olvido
y he enviado a mi espíritu a volar,
mi largo andar se ha vuelto peregrino,
ha marcado sus huellas en la noche sideral.

Y aquí en mi rueca añosa, mi alma creadora
va hilando cada tarde de este vellón de amor,
para tejer con versos de lejanas auroras
cobijas de ternura que abriguen mi dolor.

Porque el dolor es frío, se parece a la muerte,
estremece los cuerpos con extraño temblor,
temo se vuelva escarcha mi forma de quererte
y estando congelado no late el corazón.

Quizá por qué avenida se me escapó el olvido
y este dolor viajero se cansó de buscar,
fue jinete en el cierzo entre sombras perdido,
jamás podrá encontrarlo esta forma de amar.