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En el movimiento casi voluntario de unos dedos
Casi reales
Casi ciegos

En el albatros que desconoce el adelante
Y sus signos de futuro en el contorno;
Renacen unos ojos.

Sin pasaportes de recuerdos alejados
Con la levedad en los pies que desconocen el presente;
Unos ojos observan desde afuera

Fuera de todos y del todo
Fuera de nada y sus posibles existencias
Entre maletas desprovistas de simultáneos ahoras.
Entre el vacío de los dientes que desconocen un nombre;
Renacen unos ojos.

Alguna vez cuando el tiempo dilató su nervio
Y destiló su piel en fragmentos disfrazados de metralla.
Con el terror en la lengua y el temor en el beso.
Abrió la cortina de un umbral
Un umbral igual a otros
Un umbral en la membrana y en el rostro
Deslindando en un corto silencio
El largo deceso que anulaba la historia.

Alguna vez cuando el instante era otro instante
Cuando el viento era otro viento con su respectivo aroma
Y en dos palabras eliminó el reflejo que se asomaba a su mirada.
Cubrió de penumbra su recuerdo...

Y este recuerdo

Este recuerdo que es carne
Que es materia en abandono
Que es presencia en ausencia
En la ausencia que ya no cabe entre los ojos
En los ojos que hoy renacen
Colmados de amnesia
Y diciendo - buenos días.