CON LA PIEL HÚMEDA

El agua cae lentamente por mí piel.

Suave, sutilmente van las gotas deslizándose.

Como si tus dedos la acariciarán.

La piel erizada y húmeda,
respondiendo a su contacto
esperándote encontrar,
para unir nuestros cuerpos en uno.

Que linda sensación
alegar al contacto de tus manos,
volteando mi cuerpo y ver tus ojos,
clavados, traspasándome el alma.

Sintiendo el deseo en ellos
la lujuria desatándose por momentos,
mientras abarcas con tus brazos todo mi ser,
haciéndome sentir desligada al tabú,
de disfrutar de nuestros sentimientos
que afloran por momentos al dejar hacer.

Déjame beber de tu esencia
que yo te ofrezco mi elixir,
dejemos mezclar nuestros fluidos
al sintonizar el placer de irrumpir,
el uno contra el otro
hasta alcanzar el éxtasis del más puro sentir.

El agua cae ya fría por nuestros cuerpos,
pero el calor que de ellos emana,
la caldea,
dándonos el tiempo a salir para así continuar
regalándonos el placer deseado.

Aún humedecidos y ardientes de pasión
retomamos nuestro juego,
sin más divagaciones que el recorrer
cada recodo de nuestros instintos,
mientras el tiempo va pasando
y exhaustos por el placer,
acompañados por el alba
entre besos y caricias,
nos dormimos…

Carmen Gutiérrez Tamayo